La película intenta ser muy llevadera, con gran cantidad de comentarios humorísticos llevados a cabo principalmente por George y Fred Weasley, aunque mantiene el tono emocional y de suspense. Se dividió en dos partes, trabajando el argumento también de forma diferente a las adaptaciones cinematográficas de los libros anteriores. Esto se debe esencialmente a que la obra consta de una gran trama, sin historias menores que se puedan transformar u omitir, ya que provocaría que el espectador no comprendiese la esencia de la película en su totalidad. El largometraje intenta mantener la continuidad con las películas anteriores al mismo tiempo que pretende no ser muy extensa en longitud para evitar la incomprensión de detalles por parte del espectador.
La partición se produce sobre el capítulo 24 de la novela, en un giro argumental básico, cuando el personaje de Voldemort encuentra la varita de sauco. Ambas películas fueron dirigidas por David Yates, quien también encabezó los dos filmes anteriores, Harry Potter y la Orden del Fenix y Harry Potter y el Misterio del Príncipe; y producidas por David Heyman. John Williams, el compositor de la banda sonora de las tres primeras películas, mostró su interés en trabajar mano a mano con David Yates, pero fue Alexandre Desplat quien se encargó finalmente de ello. La primera parte se estrenó mundialmente el 19 de noviembre del 2010, y la segunda parte el 14 de julio del 2011.
Ambas poseen un tono ligeramente tenebroso en comparación con las obras anteriores. La producción de la primera parte se produjo únicamente en 2D, pero la segunda parte se ofreció también al espectador en 3D. Del mismo modo, la primera parte recibió dos nominaciones a los premios Óscar, en mejor dirección de arte y mejores efectos visuales. Así mismo, la segunda parte fue nominada a mejor dirección de arte, mejores efectos especiales y maquillaje. Las compañías de efectos visuales que trabajaron en la primera parte (incluyendo los creadores del dragón de Gringotts: Framestore, Moving Picture Company y Double Negative) también trabajaron en los visuales para este filme.
El segundo largometraje se convirtió en la primera película de la saga en superar la cifra de los mil millones de dólares, y en la tercera película más taquillera de la historia, siendo superada únicamente por Titanic y Avatar. Esto se debe a que tanto el relato escrito como la narración audiovisual ofrecen respuestas solemnes a la resolución de la saga al mismo tiempo que abre preguntas eternas, especialmente en lo relacionado con la muerte. El dramatismo que se produce en la batalla final es equiparable a las memorables batallas entre el bien y el mal que tienen lugar en El Señor de los Anillos o Star Wars.