El proyecto
HAARP (High Frequency Advanced Auroral Research Project) es un experimento militar clandestino que se define oficialmente como un
programa de investigación de auroras activas de alta frecuencia. Sin embargo, con frecuencia las ondas que emite han sido relacionadas con las
grandes destrucciones y catástrofes de los últimos tiempos. El proyecto es tan controvertido como peligroso, ya que no conocemos con qué fin se está usando. La experimentación con el clima y los fenómenos terrestres (terremotos, huracanes, inundaciones...) puede utilizarse como un medio defensivo u ofensivo.
Diversas comunidades relacionadas con Internet y diferentes redes sociales han denunciado información fidedigna sobre HAARP. Las
respuestas son
vagas e incompletas, pues su significado es aún un completo desconocido.
Se creó en el año
1993 por
la Fuerza Aérea de Estados Unidos y por la Universidad de Alaska. Su localización física se encuentra en un gran campo de antenas situado en Alaska y emite gran cantidad de radiación electromagnética a la atmósfera con el fin de experimentar con ella. Frecuencias de radio que dan extrañas secuencias de números, campos de parabólicas situadas en los lugares más alejados del planeta...
El sistema HAARP es capaz de crear
auroras boreales artificiales y de
modificar el clima local a voluntad al controlar energía y temperatura. La maquinaria del clima es muy compleja y debemos preguntarnos... ¿podemos cambiar el clima en un determinado punto del planeta sin provocar un
daño global?
NIKOLA TESLA
Nació en
Croacia (1857) y murió en Estados Unidos (1943) y es uno de los inventores más adelantados a su tiempo y menos conocidos del momento a pesar de haber trabajado en el
laboratorio de Thomas Edison. Siendo
experto en termodinámica, energía solar y rayos X y cósmicos, inventó un sistema de
transmisión de energía inalámbrica, es decir: una forma de
transmitir energía sin que sea necesaria la existencia de un medio físico. La mayoría de sus proyectos y patentes, que en total forman un conjunto de 700, fueron robados o comprados, como es el caso del primer sistema de corriente alterna, el motor de inducción, la mejora del dinamo y el método para transmitir la energía eléctrica.
El denominado
rayo de la muerte es el
predecesor del actual proyecto HAARP, ya que buscaba transmitir potentes ondas electromagnéticas que se reflejaran en la ionosfera y así alcanzar grandes distancias, en incluso,
partir el planeta en dos, según dijo el propio autor. Por medio de una
carta, se comunicó con el
Presidente Wilson (Estados Unidos), le explicó el éxito de su invento y puso como condición para su entrega que se utilizara únicamente con fines defensivos. Reveló además que durante 1908, envió uno de sus rayos al Polo Norte, y de acuerdo con los registros del momento, una devastadora e inexplicable detonación sacudió el lugar. El
30 de junio de 1908, cerca de
3.000 kilómetros cuadrados de bosque fueron barridos por una explosión que tuvo el poder de una
bomba atómica de 50 megatones. Sin embargo, la causa del estallido no dejó ningún tipo de rastro evidente en
Tunguska que explique qué ocurrió en una explosión mucho mayor que las de Hiroshima y Nagasaki, a pesar de que sí pronunció consecuencias importantes para el ser humano: los lugareños padecieron durante muchos años problemas de piel y se creó, en el momento, una aurora artificial.
RESONANCIA SCHUMANN U ONDA TRANSVERSAL MAGNÉTICA
Es una
frecuencia de radio que emite la Tierra y se encuentra en la atmósfera. Se denomina también
el latido del planeta, ya que tiene relación con el fondo de emisión de los rayos de las tormentas y hasta con determinados
ritmos del cerebro humano y de los mamíferos. Esta correspondencia entre hombre y naturaleza ha sido la causante que se haya producido una profunda indagación durante la Guerra Fría por parte de los bloques soviético y norteamericano, pues podría ser utilizada como un
arma no letal electromagnética que lograra sembrar terror con el fin de facilitar una invasión en un determinado lugar al cambiar estados alterados de conciencia.
Los estudios que se han llevado hasta el momento indica que estas ondas son capaces de
alterar el comportamiento de células, tejidos y órganos, los procesos químicos celulares, los niveles hormonales, la
percepción del tiempo, expandir la conciencia, estimular los
procesos de aprendizaje, disminuir el nivel de estrés, afectar benéficamente los procesos de inmunidad y curativos, lentificar las taquicardias, generar un
mayor flujo de energía vital, equilibrar el ritmo cerebral e
inducir el sueño en estados meditativos.